viernes, 22 de febrero de 2008

Andres Agostini y El (Libro) Santo Grial Gerencial, Arlington, Virginia, USA

....C-O-N-T-I-N-U-A.....


Andres Agostini y El (Libro) Santo Grial Gerencial, Arlington, Virginia, USA


(LIBRO DE TEXTO)



Recuerda un difícil aprendizaje: “El espíritu del mundo cambió”. Por ende, habrás de cambiar la visión que de ese mundo tienes. Ese ya no es éste. En lo adelante, no habrá nada que cambie más que el cambio propiamente dicho. Asume nuevas posiciones y prepárate para lo impreparable. Has de recordar que, si algo hoy funciona, YA ESTÁ OBSOLETO. El incrementalismo es tu peor adversario, alíate al exponencialismo. No busques lo perfecto, pero sé perfeccionista. La búsqueda de lo perfecto es un obstáculo para acceder a las nuevas fronteras. Destruye las hojas caídas mediante incineración temprana antes de que te enciendas en llamas tú mismo. Siembra, reforesta, renueva, crece, destruye, recrea, reformula, procrea, amplifica y jamás te detengas. Ponte a ti mismo en una opción en donde tú única opción sea sólo cambiar. Busca la vanguardia, los irreverentes, los pioneros, los que tienen prisa, los extravagantes, que ellos te llevarán al futuro. Aléjate ya de los aburridos. Asume muchas apuestas. Sube y baja el valor y el tenor de tus apuestas al ritmo de la incesante práctica del “serendipity”. Adapta, adáptate, readapta, readáptate. Reinvéntate.

Energiza, motiva, amplifica y contagia el entusiasmo. La sobre-vivencia no será para el más apto, será, en cambio, para el más apto y el más osado. Has de los viajes una rutina para descubrir lo nuevo. Descubrir lo nuevo implica conocer una fracción infinitesimal de lo universalmente desconocido. Explora la pluralidad y la diversidad. El verdadero tema no tiene que ver con el “presente” versus el “futuro”, sino con lo “ortodoxo” versus lo “heterodoxo”. Para estar plenamente enraizado con lo que está cambiando, tienes que moverte de lo analítico hacia lo que se obtiene por la vía de la múltiples y diversas experiencias vividas o sufridas.

Has pequeñas apuestas. Realiza muchas pequeñas apuestas. Piensa acerca de tus experimentos como un portafolio de opciones. Ésta es la etnología de la experimentación de los bajos riesgos. Y ésta es una regla de diseño crítico para la construcción de organizaciones que son consistentemente revolucionarias.

Dignifica a los apasionados, los vehementes, los no escuchados, los excluidos, las minorías, que están en una imbatible búsqueda orientada por sus buenos propósitos. Mientras aceleras tus iniciativas, considera desagregarle a éstas la condición riesgosa. Luego acelera más y más. Ahora, detente y pon en perspectivas las enseñanzas aprendidas. Mira y piensa periféricamente. Enfócate en ésto. Concéntrate en lo puntual. Vira de lo macro a lo micro y viceversa, pero siempre actúa sistémicamente, analizando la granularidad de los detalles.

Ve y asegúrate de que algo pase. Ahora el trabajo se trata de aventuras, búsquedas, emociones y personalidad. El “querer hacer” con persistencia y audacia son atributos que debes poseer. El coraje es la primera de las virtudes. No rechaces o ignores a cualquier idea extraña. Desde la política a la ciencia a la empresa, sé brutalmente un inconformista. Los hacedores prosperan en el caos que intimida a los otros. Todo el progreso depende de un salto contra-intuitivo hacia lo desconocido. Celebra al individuo o al equipo que guía una expedición hacia lo desconocido. Si no estás interesado en el caos, el caos si está interesado en ti.

El objetivo es valorar más al aprendizaje que a las inversiones. Reta lo ordinario. Escudriña lo extravagante. Erige lo imponente. Execra lo mediocre. Las invenciones son mejor que las convenciones. Re-optimiza las ideas, re-optimiza la acción, re-optimiza los resultados RADICALMENTE. Avanzar hacia la vanguardia siempre es mejor que la quietud. Reta lo ordinario. Tus acciones deben ser comprensibles y relevantes. Nada en contra-flujo en un tsunami de cambios sin pausa. Gerencia lo absurdo para que mitigues y elimines las paradojas y las contradicciones en la que siempre estarás sumido.

Asume el dinamismo, un mundo de constante creación, descubrimiento y competitividad. Mira al progreso como un proceso descentralizado y evolutivo. Los errores son productos corregibles de la incesante experimentación. Quítale importancia a los competidores, mediante la concepción de nuevos mercados. Siempre recuerda que el incrementalismo es el peor enemigo de la innovación. Contrata a lunáticos. Has preguntas tontas. Busca el fracaso. Guía, sigue o quítate del medio del camino. Disemina confusión. Lee materiales extraños. Evita la moderación. Da un poco, toma mucho.

Pregúntate cómo podemos hacer lo que nunca antes ha sido hecho. Avista lo peculiar. Si no ves lo peculiar, pierdes el derecho de preguntarte: ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Qué es ésto? Accede a tus oportunidades tempranamente. Colabora y compite globalmente. Adquiere sofisticación global o te extingues. Florece en este mundo aprendiendo a actuar a lo grande. Cuando acciones, recuerda que la velocidad es tu mayor aliado. En esta era, hacer lo mejor no es suficientemente bueno. Añade valor de marca a las experiencias, los servicios y los productos que les ofreces a tus clientes, demostrando sagacidad y excelencia únicos en el diseño.

Cuídate de la tiranía de hacerle pequeños cambios a pequeñas cosas. En cambio, has Grandes Cambios a Grandes Cosas. No mejores las cosas, reinvéntalas. Si quieres cambiar el mundo para bien, tendrás que subvertirlo. En tus acciones, sé espectacular, repleto de teatralidad. No vendas bienes, vende sueños y verás que el resultado inevitable será la obtención de ventas y más ventas. El diseño es inevitable. El diseño es la diferencia. El diseño impera. Los líderes no sólo hacen productos y toman decisiones. Ten presente que los líderes dan significado a las cosas. Crea grandes aventuras para tus clientes. Guía la facción de los activistas apasionados por y para la consecución. Sólo la constante búsqueda de la innovación puede lograr el éxito sostenible en el largo plazo.

EN ESTA ERA, LA RIQUEZA FLUYE DIRECTAMENTE DESDE LA INNOVACIÓN, NO DESDE LA OPTIMIZACIÓN. ES DECIR, LA RIQUEZA NO SE OBTIENE POR EL PERFECCIONAMIENTO DE LO CONOCIDO, SINO CAPTURANDO IMPERFECTAMENTE LO DESCONOCIDO. Entusiasma vigorosamente a los disidentes. Ama los grandes saltos, disfruta la casería y la cetrería. Consigue a las mentes independientes que estelarizan a los grandes emprendimientos. Recluta a los curiosos, a los entrometidos, a los que hacen muchas preguntas necias, a aquellos que no tienen sentido de las proporciones ni de las dimensiones y cuya apertura mental no tiene límites, a los que piensan al revés. Ejecuta las destrucciones creativas. Si no caotizas, serás caotizado SIN FALTA. Si no subviertes, serás subvertido. No esperes, destruye todas las reglas ya. Ahora, reinventa, reinventa y reinventa.

Antes contaba la “satisfacción del cliente”, ahora lo crucial es “el éxito del cliente”. Muchas de las organizaciones de hoy son mercaderes de sueños. Es irrelevante qué quieras hacer, lo que cuenta es QUIÉN QUIERES SER. Adopta, utiliza, combina, percibe las tendencias —así como considera los beneficios y barreras—aplasta las normas y la insidiosa burocracia, re-configura, adapta e implanta. Contraría al “buen juicio popular” y sólo adhiérete a tu intuición discernitiva. Sin un profundo discernimiento, la intuición es una función sub-óptima.

La imaginación es la función. El diseño con innovación provienen del imperativo de la imaginación disciplinada y testaruda. El sub-producto aquí es la forma. La forma, propiamente dicha y por su parte, redefine la función. Si quieres avanzar hacia la ruina, SÓLO IMITA A TUS COMPETIDORES Y DETRACTORES. No huyas de lo desconocido, atrápalo. No hagas lecturas inducidas del pasado para ingresar al futuro. Ésto es correr de espaldas. Si estás inducido, estás abatido. No asumas nada, cuestiónalo todo.

Existen culturas antiguas que aseveran que quien prediga el futuro miente aunque diga la verdad. No te proyectes desde el presente hacia el futuro. Abstente de predecir el futuro. De lo que se trata es de imaginarte el futuro, creando un puente desde ese tiempo hacia el presente, para entonces conectar con tu porvenir. Eleva tu desempeño. Incrementa tus expectativas. Aumenta tu osadía. Cambia tu curso de acción. Reinventa las reglas del campo de batalla. Dispara. No escuches a los otros, saca tu propio mensaje, ese que dimana de tus fibras más internas.

Quien a tu lado quiera combatir tendrá que, a lo mínimo, tener el mismo grado de energía y pasión que tú tienes. Establece un ambiente en donde florezcan las ideas. Toma la iniciativa de crear habilidades útiles en el ámbito global, sin cómodamente imaginarte que los grandes empleadores te protegerán contra los cataclismos. Trabaja duro. Juega duro. Activa tus tropas. Observa, orienta, decide y acciona. Persigue lo complejo. En el comando de la complejidad sólo está la riqueza. Lo simple es poderoso sólo después de que se cuenta con un tenaz dominio de lo complejo. Ten presente que no eres un misionero buscando conversos. Genera oportunidades de crecimiento añadiendo valor, no mediante la incorporación de competencias adicionales. Actúa en equipo y con espíritu de cuerpo. Marcha y ataca como una “fuerza de uno”. Combate al unísono.

Escoge a la metodología por encima de la tecnología. Renuncia a la comodidad material y vive con austeridad, con auto-disciplina, como un acto de devoción religiosa. Mantente fluido. Sé maniobrable. No te comprometas con obligaciones fijas. Diseña modelos de negocios con el mínimo de costos fijos. Controla tu actividad medular. Has la delegación externa contractual de todas las funciones no centrales. Cualquier idiota puede reducir costos. Sabiendo cuáles costos reducir, diferir o marginalizar es el truco. El dinero siempre es un recurso escaso.

C-O-N-T-I-N-U-A
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